27 marzo 2006

El fin de ETA o 'nunca llueve a gusto de todos'

Como ya viene siendo normal, a muchos de los miembros de la policía, igual que a los del PP, ya les estaba bien que existiera una amenaza constante de ETA (era la excusa perfecta), y, por consiguiente, el anunciado “alto el fuego permanente” no les ha hecho demasiado gracia.

El pasado miércoles, volviendo de Granollers, iba escuchando en mi automóvil Catalunya Ràdio, porque había descubierto por sorpresa el comunicado de ETA horas después de que sucediera. Y entre todas las entrevistas que efectuaban a personajes diversos, escuché una que me produjo cierta estupefacción. Le preguntaban a un político si ya no debería llevar escolta a partir de entonces. Y él respondió que, al haber anunciado ETA el alto al fuego, les retiraban inmediatamente la vigilancia a todos los políticos y personas amenazadas por la banda.

Lo sorprendente es que dicho político manifestaba la preocupación de su escolta por el hecho de que el “alto al fuego” le obligaba a dejar el trabajo que había estado ocupando durante los últimos años. El personaje en cuestión afirmaba que a su escolta le había “perjudicado” este incidente, y que todos sus compañeros escoltas pensaban más o menos lo mismo y que se encontraban ciertamente intranquilos, pues algunos seguirían su mismo camino al tiempo que otros irían a ejercer otras funciones y supuestamente no cobrarían lo mismo que hasta entonces, dado que la función de escolta tiene un plus de peligrosidad.

El comentarista de Catalunya Ràdio, después de la entrevista exclamó: “ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos”. Y es que la cosa es clara: el fin de ETA no es del agrado de todo el mundo y es que realmente hay de todo en la “viña del señor”.

Y así fue como sucedió o, como mínimo, como me la explicaron. Cualquier parecido con la realidad es pura causalidad.

***Imatge extreta de:
http://www.orquestamediterraneo2007.com/hobbies1.html

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